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jueves, 1 de diciembre de 2011

Un teatro, para empezar a soñar con la Davis

Nadal y Mónaco se fotografían en el acto
Este mediodía ha tenido lugar en el Casino de Exposiciones y en el Teatro Lope de Vega el sorteo de los cruces de la Final de la Copa Davis entre España y Argentina que tendrá lugar este fin de semana, y en el que ya se ha podido observar cómo están los equipos y cuales son las sensaciones en cada bando.

Con un patio de butacas repleto de periodistas llegados de todas partes de Argentina, así como de toda España, el acto comenzó con un escenarios llenos de protagonistas de esta final, como los integrantes de ambas escuadras, y de otros que no lo son tantos, como el alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido o el representante del patrocinador oficial BNP Paribas, aunque en el mismo, por su significado, eran iguales de prioritarios. 

Con todo previsto para comenzar, y aunque la imagen que los dos equipos equipos era de tranquilidad, se podía cortar con un cuchillo la tensión y el nerviosismo a 24 horas de que comience a rodar las pelotas amarillas por la superficie de tierra batida, elegida para tal ocasión. 

A la izquierda la representación española, era correspondida en las plateas y en los palcos de esa dirección. Lo mismo que los argentinos, que se situaban a la derecha de la escena que se estaba representando en el mismo Lope de Vega. Se observaba mayoría  'charrúa' y se podían observar alguna bandera albiceleste entre los asistentes de un sorteo, que contra todo pronóstico, no dejó a nadie sorprendido. 

La primera, y única bola, que se sacó de la ensaladera (que se usó como bombo) deparó que el primer encuentro lo disputaran dos amigos, Rafael Nadal, español y número 2 del mundo, y Juan Mónaco, argentino y actual número 26 de la lista ATP. Era la noticia esperada, más cuando el de Tandil iba a ser número 2 del conjunto argentino. A priori, no debería tener el de Manacor problemas por ganarle, ya que Mónaco no domina esta superficie (cayó en el pasado Roland Garros en primera ronda ante Verdasco en 4 sets, y Nadal venció). Pero tal y como ha terminado la temporada uno y otro se espera un partido disputado. La ventaja del argentino, y su principal baza, es hacer un partido que supere las 3 horas de juego y cansar al español, que no está al 100%. Si Nadal juega con una superioridad aplastante, como ya demostró ante Tsonga en las semifinales en Córdoba hará que España sume su primer triunfo.
Del Potro, Mónaco y Nalbandian este jueves

De esta forma, y automáticamente, salió el segundo partido, Juan Martín Del Potro y David Ferrer. Muchos piensan, y los argentinos lo que más, que este partido determinará la eliminatoria. Algo curioso, ya que fue este mismo emparejamiento el que determinó la final de Mar del Plata hace 4 años. Del Potro, 11º en el ranking ATP, perdió en 3º ronda en el pasado Roland Garros ante Djokovic, también en 4 sets. El tenista, también nacido en Tandil, se ha reencontrado con su mejor juego tras un 2010 aciago para él, en el que estuvo más tiempo recuperándose de sus lesiones que jugando al tenis. Ferrer llega a la cita con un nivel grandioso tras una Copa de Maestros dónde fue semifinalista. Es de los partidos dónde menos se sabe qué ocurrirá.

Por último, el sorteo deparó el ya conocido duelo de dobles entre Feliciano López y Fernando Verdasco y la pareja argentina formada por David Nalbandian y Eduardo Schwanck, así como los partidos del domingo. La jornada del día 4 también la abrirá Nadal frente a Del Potro y la cerrará Ferrer ante Mónaco, presunto titular, o Nalbandián que podrá jugar.

Del partido de dobles, poco se puede ya decir. Es el envite más decantado para los argentinos, que ven a su pareja más fuerte que la española. Es algo cierto, más cuando Feli y Verdasco juegan juntos desde la eliminatoria ante Bielorrusia, y no han cuajado grandes partidos. Unos terminaron en sufridas victorias, como la de dicha cita, o en derrotas clamorosas, como la vista en las semifinales ante Francia.

Por su parte, de los enfrentamientos del domingo poco se puede decir, más aún cuando quedan más de 48 horas (que es un mundo) para que se lleguen a esos partidos, y cuando las sensaciones para ese día dependerán mucho de lo vivido en las jornadas del viernes y del sábado.

Orgullo y paciencia


Mientras toda la parafernalia tenía lugar, las caras lo decían todo. Los jugadores y miembros de ambos equipos pueden tener las sensaciones que quieran de cara a los medios, pero muchas cosas se vieron este jueves en el Lope de Vega. 

Ferrer escucha a Nadal mientras se produce el sorteo
Lo principal de todo es hay nervios por empezar a jugar en el conjunto liderado por Albert Costa. Los nuestros saben que los argentinos, aún quejándose de la situación de la bola, de los claro-oscuros de la pista y de otras cosas, están en un gran nivel, y tienen entre ceja y ceja el conseguir su primera ensaladera en 'tierra hostil', ya que España no es una cualquiera, es la selección que le quitó en su país un trofeo en el que ellos eran favoritos. Tienen una afrenta personal, un borrón, que quieren subsanar, y llegan a Sevilla a luchar como nunca lo hicieron.

Los mismos españoles saben que Nadal no va a mostrar su mejor tenis, aunque haya descansado, y sólo hay que ver su estado, algo ofuscado. Cierto es que la rueda de prensa de hoy, con preguntas en español e inglés, ha sido un esperpento, ya que el balear ha contestado lo mismo en los dos idiomas, algo que cansa, y sobre todo cuando existía la figura del traductor en el mismo escenario. Quizás es un error de cálculo, y mañana a pocos minutos de comenzar el encuentro ante Mónaco se siente libre en la pista y la sonrisa le vuelve a la cara. El mismo David Ferrer tampoco estaba feliz, todos estaban muy serios, concentrados se puede llegar a pensar, pero superando esa línea.

Por su parte lo argentinos, serenos y mucho más relejados, saben que deben aprovechar su oportunidad. Con un Juan Mónaco, con un aire al Mario Kempes de los 70, seguro de sí mismo, y con Del Potro y Nalbandian con ese punto y matiz de veteranía que da un punto extra en este tipo de eliminatoria se coloca el equipo argentino. Un conjunto muy molesto tras los controles 'antidopping' de esta mañana que pasaron tres de sus integrantes y que tuvieron lugar sobre las 6.30 de la mañana.

Sea lo que fuera, la final está ya aquí, y el orgullo de los españoles y los argentinos será ese matiz (del que tan poco se nutre este deporte) el que desequilibre la eliminatoria. Pero el orgullo en el centro de la pista, el que se vea en cada punto, en cada saque, en cada 'smash', en cada 'passing' o en los mismos revés. No obstante, la unión con la paciencia de saber que cada set vale y que no hay que jugar alocadamente servirá para ganar. 

El Teatro Lope de Vega dio el pistolezato de salida de una obra que se espera que no sea un drama y sí una comedia, en la que los 'nuestros buenos' ganan y los 'otros malvados' pierden. Que ni los más trágicos desenlaces de las obras del dramaturgo madrileño que pone nombre al teatro tengan un parecido razonable con el desenlace de la Final

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