¿Cómo se puede perder en un estadio como el Stade de France, siendo logicamente local, ante 75.000 espectadores, ante un combinado inferior como Bielorrusia, la 78 del mundo?.
Pues que se lo pregunten a Laurent Blanc, que es el que menos culpa tiene, pero que dirige la selección gala. Ni la intención del que fuera campeón del mundo del 98 de que sus jugadores cantasen la Marsellesa antes del partido cuando el himno sonara, ni los cambios revolucionarios en las convocatorias, ni la confianza en los jóvenes talentos franceses. Nada hizo cambiar la imagen de una pobre Francia que no levanta cabeza.

El próximo partido que tiene es frente a Bosnia lejos de Francia. Será un rival similar al Bielorruso, incluso le pondrá las cosas muy difíciles ya que jugando en su país son muy peligrosos. Y no olvidemos que los Dzeko, Misimovic, Pjanic o Spahic son jugadores experimentados, importantes con la selección Bosnia.
Francia debe quitarse el 'Sindrome Domenech' de encima, y poco a poco ir convocando a jugadores que estuvieron en el Mundial, aunque no a todos, ya que Anelka no debería volver (es una opinión), entre otros.

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