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sábado, 18 de septiembre de 2010

La falsedad de los 'verdaderos'

Es curioso como hace un mes más o menos, me alegraba el ver como un ciclista que había sido muy perjudicado por todo lo que concierne al 'dopping' volvía a realizar un buen trabajo en una prueba media, como es la Vuelta a Colombia. Hablo del español Óscar Sevilla.

Pero la alegría se truncó rápido cuando esta semana se conocía que el corredor de Albacete dió positivo en esta cita por Hydroxyethyl; una sustancia anticoagulante que enmascara la toma de EPO (eritropoyetica). Una pena. Pero una pena no por el ciclista, sino por el deporte de la bicicleta que se ve otra vez, y ya no recuerdo cuantas veces, involucrado en un tema tna escabroso como este.

Y fíjense ustedes, que Óscar Sevilla, aún cometiendo trampas fue siempre uno de los ciclistas con mayor progresión en el deporte de las dos ruedas. Hace 9 años, sorprendía a propios y a extraños en el Tour de Francia cuando fue prclamado maillot blanco ( o mejor joven) de la vuelta parisina. Se hacía un hombre dentro de este deporte. Fue de lo mejorcito del Kelme (que ganó el trofeo por equipos), comandado por aquellos años por el gran escalador colombiano Santiago Botero, y terminó en un meritorio séptimo puesto. En la Vuelta Ciclista a España de ese año estuvo a punto de ganarla, a no ser por la idiosincracia de ser un contrarrelojisma poco aventajado.

Desde entonces la imagen de ese joven con cara de niño subido a una bicicleta, que tenía de apellido el nombre de mi ciudad no se me quitó de la cabeza. 

A partir de entonces las malas decisiones tomaron un matíz clave en su vida deportiva. En 2004 fichó por el Phonak suizo, siendo el líder, pero su rendimiento bajó, ya no era, ni se parecia, a su sombra. Sin embargo el T-Mobile de Jan Ullrich quiso darle un papel preferente de gregario, y lo fichó, pero esa fue la peor decisión que tomó. Empezó a ganar clásicas nacionales y en las vueltas grandes su presencia se hacía notar; pero la Operación Puerto le colocó la X de los falsantes de este deporte.

El nº5 o el Sevillano; así es como se le denominaba en los escrito de Eufemiano Fuentes. El fin de su carrera. El equipo alemán del T-Mobile lo despidió cuando los resultados se conocieron, y Sevilla desapareció del panorama ciclista del UCI Pro Tour. Estos tres últimos años ha estado pasando por varios equipos de categoría Continental o Amateur, y poco se sabía de él a no ser de pequeños triunfos que lograba.

Después de conocer casos como el de Óscar uno se pregunta y reflexiona sobre el tema; ¿ es el ciclismo un deporte especial; en el que los deportistas cuando no se ven con fuerzas de estar a la altura hacen 'trampas'? Mi opinión es que no. El ciclismo es de los deportes más duros que hay,pero eso no condiciona que mentes ´débiles' fáciles de engatusar pueda caer en esas 'redes' del dopaje. Si uno no puede pues no pasa nada, pero la solución más fácil no es la de mentirse a uno mismo jugando con la propia vida.

Este es solo el principio de uno de los debates más grandes formados a raiz de un deporte como es el ciclismo, ¿es cierto que Armstrong o Contador se han dopado por ganar tantos tours? Los únicos perjudicados son los mismos deportistas que ven como el ciclismo ha sido relevado a un deporte de tramposos por culpa de unos cuantos.

Ya nunca más se verá disfrutar a los aficionados ver un Tour de Flandes, con esos pasos adoquinados, o la subida al Alpe D'Heuz con sus rampas de vértigo, o ese Domingo de Lieja-Bastoña-Lieja por poner algunos ejemplos. Ya no. ¿Por qué? Algunos pensarán que algunos hombres verdaderos pueden hacer trampas, cuando entre ellos los tramposos se coloquen el cartel de corderos y sigan haciendo trampas. Ya nunca más se pensará que el pelotón esté limpio al 100%.


1 comentario:

  1. Lo de las mentes débiles es relativo. Los ciclistas sufren muchas presiones por parte de sus equipos para que su rendimiento sea muy alto durante todo el año, hasta el punto de que son los mismos conjuntos los que les dan las sustancias dopantes (con riesgo incluso de despido).

    Por desgracia, ésta no será ni la primera ni la última vez que veamos casos como éste en el mundo del ciclismo, que lleva casi tres lustros bajo la continua sombra del dopaje.

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